Nube de historias

Un blog para soñar...

Aquí tenéis el bosque de las hadas y los elfos. Se encuentra apenas a un paseo desde mi casa.
Ya sabéis Guadalajara es lo que tiene, está por explorar y todavía quedan bosque con rincones oscuros y fuera de las miradas de las personas donde las hadas y los elfos se pueden dedicar a cuidar los bosques y a Gaia, la madre tierra.

Una mañana dando un paseo, sin pensarlo, me adentro en el bosque dando un paseo; el bosque está muy bonito con el suelo plagado de hojas secas, estamos en otoño, los troncos llenos de musgo por la humedad del ambiente, al rato de andar decido sentarme a descansar y a disfrutar del silencio y la quietud del bosque, cosa que, por otra parte, no consigo, pues se escuchaban un sinfín de trinos de pájaros y una especie de susurros entre la hojarasca. También se escuchaba un murmullo como de abejas o insectos, lo cual nos tenía un tanto intrigados, que nosotros supiéramos por allí no hay colmenas.

De pronto me parece ver unas lucecitas danzando alrededor de un árbol, después de fijarme mucho veo un par de haditas y lo que podría ser un elfo, este se me acerca y me dice:
-¿Nunca has visto a un elfo?, me llamo Gwen y esas son Lunas y Wella y le estamos cantando una nana a ese árbol para que se duerma todo el invierno.

-No… -Fue todo lo que fui capaz de decir.

-Ven, siéntate en el árbol, te contaré una historia.

Me tomó la mano y me llevó al gran árbol, allí me senté. Centenares de lucecitas brillantes hicieron un corrillo en torno a mí y al elfo, todas ellas esperando escuchar la historia.

-“En un tiempo remoto, muy lejano de aquí, no había estaciones, las hadas y los elfos de ese lugar nunca había habido ninguno de los nuestros, los árboles estaban tristes y cansados de tener que mantener todas aquellas hojas en sus ramas. Gaia nos llamó con urgencia al ver que los árboles estaban muriendo de tristeza. Fuimos corriendo a aquel lugar y buscamos solución a tal desastre. Una de las noches de abatimiento en las que ya no sabíamos que hacer, una joven hada nos dijo:

-Cantarles y acunarles con infinito cariño como hacía conmigo mi madre, solo así lograba dormir.

Al ver la revelación de la niña corrimos al encuentro de los envejecidos árboles, les cantamos y les mimamos, sus hojas se fueron cayendo y nos asustamos, pero Gaia nos aseguró que nada malo les ocurría; habíamos conseguido salvarlos. Desde entonces ese hada fue llamada Invierno y nosotros fuimos sus compañeros hasta que los árboles terminaran de descansar, acunados por la dulce melodía.”

Escuché atento la historia, y sin pensarlo estaba en la entrada del bosque y no había rastro de los seres luminosos. Me fui a casa con una única idea: ¿Y si no todo es como pensamos?

“A dormir, a dormir
Árbol chiquitito….”
Imagen: Kriis
Relato: Flores & Kriis

3 comentarios:

Buenos días guapa. Sigue con tus maravillosos relatos, que me encantan, aunque hayas tenido en este caso coautor, al que también felicito. Un besazo enorme para todos

Ohhhhhh,que bonita historia de haditas.
Me encantas las historias de hadas y de todos los seres mágicos...yo creo en las hadas yo creo,eso decian en peter pan cuando vieron a campanilla,a veces tambien creemos en lo que no vemos eso es según nos vengan las cosas no solo tenemos que verlo para creer.
Preciosa historia y muy bonita foto,besitossss.

Muy bonita historia y muy bonito bosque. Que bien tener a las hadas tan cerca, nada mejor que sus canciones para liberarse del estres.

Besos!!