Recuerdo Unos niños en un pequeño pueblo de la mancha, de cuyo nombre si podría acordarme, un día luminoso con mucho sol;
Los niños ilusionados salen de la casa en busca de aventuras, salimos sin saber hacia donde, hoy toca intentar subir la sierra de este pueblo, el mítico monte que da sombra a este pueblo, de apenas 1000 m, y que por su grandeza solo tiene un nombre: la sierra.
Antes de llegar al pie de la sierra hay que andar por la carretera varios kilómetros y llegan ya cansados pero miran la imponente mole de la sierra y se animan diciéndose que será una aventura para no olvidar. Comienzan la ascensión entre las jaras, miles de jaras, millones de jaras, y entre todas descubren un pequeño sendero que les lleva casi sin esfuerzo a la cima de la sierra.
El esfuerzo no ha sido mucho y puesto que van acompañados, como siempre los va guiando su padre, decide que van a intentar subir hasta el inmenso pico llamado plaza de los moros pues se dice que en tiempos de los moros allí se refugiaban estos para hacer sus maldades, hace algunos años por aquí no había moros buenos. Toman la cuerda de la sierra y después de titánicos esfuerzos y de subir enormes farallones rocosos, siempre ayudados por las inmensas fuerzas de su padre consiguen alzarse a la cima de la plaza de los moros. Pero en lo mejor del descanso en la cima y cuando están empezando a explorarlo todo empezamos a ver pajarillos bañarse en un pequeño aljibe de agua; como todo el mundo sabe esto es síntoma inequívoco de que una gran tormenta se prepara y que en breve descargará con tremendos truenos y grandes lluvias.
Bajan corriendo desde la plaza de los moros y tras llegar a la carretera vuelven a desandar el camino que con tanta ilusión habían iniciado. A la entrada del pueblo el primer trueno resuena entre las viejas casas y al poco empieza a caer agua como si se fuera a caer el cielo, consiguen, después de mojarse, llegar a cubierto donde su madre los recibe con besos y risas…
Efectivamente para ellos fue una increíble aventura para recordar toda la vida
5 comentarios:
que bueno!!si que fué un día para recordar...sin esfuerzo subirian algunos porque a cierta niña tenian que ayudarla empujandola del culo ala que le era imposible subir tanta cuesta entre miles jaras y muchísimas piedras que retrocedias mas que andabas,y como no la enorme fuerza incansable del padre.y la madre...(un beso mami).espero que pongas mas historias de recuerdos,besitos
***Ana***
Iré intentando poner mas cosas pero, ¿por que no escribes tu algo? ya ves que cualquiera puede escribir algo por lo menos interesante para alguien.
Por cierto no veo muy animados a mis compañeros de blog
Se te olvidó que los niños de la historia guiados por su padre paraban a medio camino y hacían una barbacoa riquísima para luego poder seguir con fuerza su camino, aunque los costaba más pereza seguir con la barriga llena. Ahora el padre ya no es tan fuerte y llora al recordar la historia... los compañeros seguro que no los ha ocurrido aventuras tan divertidas, besitos
Creo que puedo imaginar esos niños...
Besos.
Yo habia sacado otra, bastante parecida pero con untoque un poco mas personal. Me encata este blog seguir poniendo cosas, y si quereis podeis visitar el mio, www.fantastimundi.blogspot.com
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